¿Cómo controlar la excesiva oxidación del cuerpo?

El estrés oxidativo es el desbalance entre la producción de radicales libres y el control de los mismos por parte del cuerpo, lo que genera envejecimiento y enfermedad. Se puede controlar mediante una alimentación saludable, consumo de suplementos, evitando la exposición a sustancias nocivas y realizando actividad física.

¿Qué es el estrés oxidativo?

En cada célula se produce energía para realizar las funciones de las células, a partir del aprovechamiento de los nutrientes provenientes de los alimentos y del oxígeno transportado desde los pulmones. Dicho aprovechamiento se llama metabolismo y aparte de la energía, también resultan sustancias de desecho o de sobra llamadas oxidantes, como los radicales libres de especies reactivas del oxígeno, especies reactivas del nitrógeno, entre otras más. Estos radicales libres son átomos o moléculas inestables, debido a la carencia de electrones.

Los radicales libres u oxidantes tienen la función de facilitar la comunicación entre células del cuerpo, funciones en el sistema de defensas y permitir el equilibrio o normalidad del cuerpo. Sin embargo, estos radicales libres u oxidantes también tienen efectos marginales o secundarios, que es el daño de las moléculas en las células, lo que indica que pueden perjudicar a todo el cuerpo. Pero el cuerpo tiene todo un esquema de protección que le permite recobrarse de dichos daños y se llama sistema antioxidante. Dicho sistema está compuesto por enzimas (como la glutation peroxidasa) y por compuestos químicos (propios o de la alimentación), que reparan el daño, eliminan los radicales libres o permiten resistir la agresión de los oxidantes.

El estrés oxidativo es el desequilibrio entre el efecto secundario de los radicales libres, la sobreproducción de radicales libres y el control por parte del sistema antioxidante, es decir, el estrés oxidativo es un desbalance entre la producción de oxidantes y la defensa antioxidante. El incremento de sustancias oxidantes resulta nocivo para cada célula y por ende a todo el cuerpo, debido a que el exceso de radicales libres (estrés oxidativo) genera daños y cambios en las células de manera irreversible, lo que conduce a largo plazo a envejecimiento y/o enfermedad.

¿Por qué hay mayor producción de radicales libres?

El incremento de radicales libres se puede deber a un estado de enfermedad, a un elevado consumo de radicales libres en la dieta (principalmente conservantes, grasa y pesticidas) y/o a la exposición por sustancias contaminantes o tóxicas en el ambiente (cigarrillo, polución, etc.). Por otra parte, la disminución del sistema de defensas se debe a una alimentación baja o carente de vitaminas, minerales y/o compuestos químicos naturales antioxidantes.

Por lo anterior, el estrés oxidativo puede ser crónico (durar mucho tiempo, como en los fumadores, sedentarios, polución, entre otros), puede ser agudo (como en el caso de enfermedades de corta duración) o intermitente (momentos de buena o mala calidad nutricional de la alimentación). Junto a lo anterior, se debe considerar que el estrés oxidativo es perjudicial, no solo por el daño irreversible que ocasiona a las células, también por el aumento en la producción de sustancias inflamatorias propias del sistema de defensas, que ocasiona la aparición de enfermedades como la diabetes, hipertensión, sobrepeso, entre otros, lo que empeora el estrés oxidativo.

¿Cómo se podría controlar el estrés oxidativo del cuerpo?

Para evitar el estrés oxidativo se deben implementar tres estrategias: disminuir la producción de radicales libres, mejorar la respuesta del sistema antioxidante y consumir más antioxidantes. En cuanto a la primera, es necesario evitar enfermarse, disminuir la exposición a gérmenes, tener el esquema de vacunas al día, disminuir la exposición a contaminantes y polución en el ambiente, evitar el contacto excesivo con sustancias químicas, entre otros.

Para mejorar la respuesta del sistema antioxidante hay que procurar mantener una alimentación saludable que incluya fuentes de proteína (animal o vegetal), controlar las enfermedades existentes, mantener un peso saludable y realizar actividad física regularmente (mínimo 30 minutos diarios, de moderada o alta intensidad).

Por último, se deben incluir más antioxidantes exógenos, que pueden provenir de las frutas, las verduras y el uso de suplementos nutricionales. Estas tres fuentes suministrarán los antioxidantes que permiten complementar el sistema antioxidante propio del cuerpo humano.


Referencias

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Profesor Gustavo A. Díaz Muñoz

Profesor Gustavo A. Díaz Muñoz

Nutricionista-Dietista, Especialista y Magíster en Epidemiología. https://orcid.org/0000-0002-9216-7873 https://www.researchgate.net/profile/Gustavo_- Munoz6