La enfermedad de COVID-19, causada por el virus SARS-CoV-2, ocasiona una respuesta inmune caracterizada por aumento de anticuerpos y radicales libres, los cuales buscan eliminar las células infectadas por el virus. Dicha eliminación de células ocasiona que el cuerpo sufra de daños y complicaciones que pueden llegar a persistir por largo tiempo. Todo lo anterior se traduce en un daño irreparable que culmina con el envejecimiento prematuro del cuerpo.
El coronavirus
La enfermedad por coronavirus-19 (COVID-19) es causada por un nuevo virus (SARS-CoV-2) que se ha expandido por todo el mundo. Se propaga principalmente a través del contacto cercano de persona a persona. El 11 de febrero de 2020, la Organización Mundial de la Salud anunció un nombre oficial para la enfermedad: enfermedad por coronavirus 2019, abreviado COVID-19. 'CO' significa 'corona', 'VI' para 'virus' y 'D' para enfermedad. La palabra corona se refiere a la apariencia que obtienen los coronavirus de las proteínas puntiagudas que sobresalen de ellos.

Los coronavirus son una gran familia de virus que pueden infectar a las personas y a muchos animales, incluidos camellos, ganado, gatos y murciélagos. Hay muchos tipos de coronavirus, incluidos algunos que provocan un resfriado común en la cabeza o el pecho. Otras enfermedades por coronavirus como el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) son extremadamente peligrosas, pero están mucho menos extendidas que los resfriados y el COVID-19.
El COVID-19 se puede propagar en cualquier lugar, incluso en los lugares en los que se siente más seguro, como su casa. Con que una sola persona en su hogar contraiga el COVID-19, puede transmitirlo a otras personas de la casa. Las posibilidades de exposición aumentan si tiene contacto cercano con otras personas (menos de 2 metros), pasa más tiempo con otras personas, pasa tiempo en lugares con aglomeraciones y/o pasa tiempo en espacios cerrados con mala ventilación.
Los síntomas del COVID-19 varían entre cada persona, por lo que es probable que se presente ninguno, uno o más de los siguientes síntomas: fiebre o escalofríos, tos, falta de aliento o dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, pérdida del gusto u olfato, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, náuseas, vómitos y/o diarrea. El diagnóstico de la enfermedad únicamente se hace mediante pruebas virales en muestras tomadas de su nariz.
Ante la infección por COVID-19, el cuerpo responde activando el sistema inmune, el cual produce anticuerpos y radicales libres, con el fin de eliminar las células del cuerpo humano que han sido infectadas por el virus, lo anterior genera lesiones inmunológicas graves principalmente en el pulmón, aunque también se pueden ocasionar en otros órganos, como por ejemplo corazón y vasos sanguíneos, riñones, cerebro, piel, ojos y órganos gastrointestinales (estómago, hígado, páncreas, etc.). Lo anterior, a gran escala, es lo que causa las complicaciones graves del COVID-19 y pueden conducir a la muerte.
El envejecimiento por el COVID-19
El concepto de envejecimiento depende del punto de vista de cada disciplina o ciencia que lo estudie. A nivel de la salud, el envejecimiento se define como la perdida de funciones relacionadas al tiempo, lo que indica que por el transcurso del tiempo y el efecto de otros factores (sedentarismo, alimentación inadecuada, consumo de sustancias nocivas, contaminación ambiental, exposición a radiación, exposición a virus, enfermedades recurrentes, etc.) se generan daños que no son completamente reparados, ocasionando el envejecimiento y la enfermedad.
Uno de los mecanismos que explican el envejecimiento es la excesiva producción de radicales libres y una respuesta exagerada o continua por parte del sistema inmune, generando que diversas células y sistemas del cuerpo humano se degeneren y envejezcan.
Por tanto, es de esperar que la respuesta inmune (anticuerpos y radicales libres) generada por la infección del virus SARS-CoV-2 y la subsecuente enfermedad de COVID-19 aceleren el envejecimiento del cuerpo, lo cual se evidencia de manera inmediata con los síntomas y daños ocasionados en el cuerpo y a largo plazo son evidentes con las complicaciones y secuelas de la misma enfermedad, por ejemplo: cansancio o fatiga, dificultad para pensar o concentrarse, dolor de cabeza, pérdida del gusto o el olfato, mareos al ponerse de pie, corazón que late rápido o muy fuerte, dolor de pecho, dificultad para respirar o falta de aire, tos persistente, dolor muscular o en las articulaciones, depresión o ansiedad y/o síntomas que empeoran luego de actividades físicas o mentales.
En resumen, la enfermedad de COVID-19, causada por el virus SARS-CoV-2, ocasiona una respuesta inmune caracterizada por aumento de anticuerpos y radicales libres, los cuales buscan eliminar las células infectadas por el virus. Dicha eliminación de células ocasiona que el cuerpo sufra de daños y complicaciones que pueden llegar a persistir por largo tiempo. Todo lo anterior se traduce en un daño irreparable que culmina con el envejecimiento prematuro del cuerpo.
Referencias
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