Ejercicio de baja intensidad: la fuente de la juventud

La actividad física trae beneficios para la salud y bienestar, incluyendo la actividad de baja intensidad, como el tai chi, yoga o pilates. Entre sus beneficios está la prevención de enfermedades, mantener la salud del cuerpo y la prolongación de la juventud del sistema inmune y de las demás células del cuerpo.


En la actualidad, el estrés es de alta prevalencia en la vida moderna. Varios factores han incrementado el estrés, como la aceleración de las actividades humanas, incremento de las exigencias a nivel laboral y familiar, mayor contaminación ambiental, la presión financiera o económica, entre otras (1).

Este incremento y persistente estrés en la vida diaria ocasiona alteraciones y daño en todo el cuerpo u organismo, tanto a nivel celular como a nivel corporal; lo anterior culmina con la aparición de enfermedades, mayor necesidad de consumir medicamentos, envejecimiento y disminución de la calidad de vida (1).

La actividad física ha demostrado un efecto positivo o protector para prevenir la aparición de enfermedades y disminuir la velocidad de envejecimiento. En este amplio espectro de posibilidades, existen los ejercicios de baja intensidad, los cuales se caracterizan por movimientos lentos y/o estáticos, además de involucrar la meditación y concentración. Ejemplos de lo anterior son el yoga, el Tai-Chi, Pilates o los ejercicios de estiramiento-relajación (1). Por tanto, el objetivo es describir los beneficios de este tipo de ejercicios sobre la salud, la prevención de enfermedades y mantenimiento de la juventud.

El manejo del estrés y los ejercicios físicos de baja intensidad disminuyen la mortalidad por enfermedades del corazón. En un grupo de pacientes con enfermedades del corazón, se evidenció que el manejo de estrés y actividad física disminuyeron su probabilidad de morir durante los 5 años en que hicieron la intervención (1).

Los ejercicios de baja intensidad disminuyen el efecto del estrés en el cuerpo. Las investigaciones han descrito que este tipo de actividad está asociada con la disminución inmediata de indicadores de estrés en el cuerpo, como son la disminución de la velocidad del metabolismo, menor cantidad de latidos del corazón, descenso de la presión sanguínea y reducción de la frecuencia de respiración. En otras palabras, el inicio y mantenimiento de los ejercicios de baja intensidad tiene un efecto inmediato y directo sobre indicadores de estrés en el cuerpo (1). Como consecuencia, es de esperar que a largo plazo se evidencie la prevención de enfermedades a nivel cardiovascular y pulmonar.

Otro beneficio de los ejercicios de baja intensidad es su efecto positivo sobre el sistema inmune. Las investigaciones científicas han demostrado que la realización de este tipo de actividad física permite controlar o modular de mejor manera la respuesta del sistema inmune, lo cual es adecuado para estabilizar y/o mejorar procesos de enfermedad. De la misma manera, se ha demostrado que los de baja intensidad ayudan a disminuir el metabolismo, lo que se traduce en preservación y juventud de las células del cuerpo (1).

En síntesis, si bien hay un aumento del estrés en nuestro cuerpo, también existen estrategias para mitigarlo o eliminarlo, destacando dentro de los estilos de vida saludable, la alimentación equilibrada, consumo de suplementos y la realización de actividad física; dentro de esta última, es claro el efecto benéfico de la actividad física de baja intensidad sobre la prevención de la mortalidad, enfermedad y envejecimiento.


Referencias.

1. Esch T, Kream RM, Stefano GB. Chromosomal Processes in Mind-Body Medicine: Chronic Stress, Cell Aging, and  Telomere Length. Med Sci Monit Basic Res. 2018 Sep;24:134–40.

Profesor Gustavo A. Díaz Muñoz

Profesor Gustavo A. Díaz Muñoz

Nutricionista-Dietista, Especialista y Magíster en Epidemiología. https://orcid.org/0000-0002-9216-7873 https://www.researchgate.net/profile/Gustavo_- Munoz6