La producción de radicales libres en el cuerpo humano, por factores propios o externos, ocasiona pérdida en la estructura, apariencia y función de todas las células del cuerpo, siendo la piel y el cabello los más evidentes para las demás personas. El estado de salud, la condición nutricional, los estilos de vida y la exposición a los rayos UV del sol son los principales factores que pueden acelerar la oxidación en el cuerpo, principalmente en el cabello y la piel. Por tanto, estos componentes del cuerpo son el reflejo del grado de oxidación en el cuerpo.
Oxidación
En cada célula se produce energía para realizar las funciones de las células, a partir del aprovechamiento de los nutrientes provenientes de los alimentos y del oxígeno transportado desde los pulmones. Dicho aprovechamiento se llama metabolismo y aparte de la energía, también resultan sustancias de desecho o de sobra llamadas oxidantes o radicales libres. Estos radicales libres son átomos o moléculas inestables, debido a la carencia de electrones.
Los radicales libres u oxidantes tienen la función de facilitar la comunicación entre células del cuerpo, funciones en el sistema de defensas y permitir el equilibrio o normalidad del cuerpo. Sin embargo, estos radicales libres u oxidantes también tienen efectos marginales o secundarios, que es el daño de las moléculas en las células, lo que indica que pueden generar deterioro, envejecimiento y enfermedades, mediante el proceso llamado estrés oxidativo.
Los radicales libres son generados por múltiples fuentes endógenas (metabolismo, enfermedades, etc.) y exógenas (alimentación, sedentarismo, polución, químicos, etc.), sin embargo, el cuerpo posee los mecanismos de defensa para controlar, evitar y reparar los daños causados por los radicales libres. Con el paso del tiempo, se incrementa la producción de radicales libres y disminuye la capacidad del cuerpo para compensarlo, lo que ocasiona el estrés oxidativo, progresando hacia el daño de estructuras celulares y expresándose en lo que se conoce como el fenotipo o apariencia de envejecimiento.
Oxidación y la piel
Una de las principales teorías que explican el envejecimiento es la producción de radicales libres o estrés oxidativo, siendo la piel, uno de los principales órganos que demuestran cómo los radicales libres están relacionados al envejecimiento. En la piel y en el resto del cuerpo, también se producen radicales libres. Principalmente los rayos UV penetran en diferentes niveles la piel y ocasionan mayor generación de radicales libres y daños a nivel de la célula y el ADN. Lo anterior ocasiona daños estructurales que se expresarán a manera de cambios en la apariencia de la piel, envejecimiento y enfermedades.
Junto a los rayos UV, existen otros factores endógenos (internos) y exógenos (externos) que pueden incrementar la producción de radicales, como factores genéticos, estado nutricional, condición de salud, contaminación, contacto con sustancias químicas, fumar y estado de hidratación. En conjunto, producen radicales libres que atacan a cada célula del cuerpo, entre ellas, la piel.
Oxidación y el cabello
Con el paso del tiempo, el cabello presenta signos de deterioro y envejecimiento, como son la pérdida de grosor, menor cantidad, disminución de la resistencia, cambios en la textura (superficie irregular) y cambio de color (usualmente gris). Si bien estos cambios no tienen un impacto en la salud, tienen un impacto en las propiedades cosméticas del cabello.
Son varios los factores que pueden afectar o condicionar la estructura del cabello. Algunos son propios del sujeto, como la genética, el sexo, la edad, estado de salud, estado nutricional y la interacción entre estos. Otros factores son externos al individuo: exposición a los rayos ultravioleta (rayos UV), cuidados del cabello y el cuero cabelludo.
Como se mencionó al inicio, la oxidación o estrés oxidativo daña las células y estructuras del cuerpo, y el cabello no es la excepción. Antes que emerja el cabello, diversas fuentes de oxidación pueden perjudicar la calidad y características del cabello, como la oxidación propia del cuerpo, fumar, los rayo UV, bioma o microbios en el cuero cabelludo y sustancias irritantes (químicos, colorantes, etc.). Cuando emerge el cabello, ya viene con un daño previo, pero sigue recibiendo más daño, proveniente de los rayos UV, colorantes, contaminantes y la grasa (lípidos) oxidados provenientes del cuero cabelludo. Como resultado, el cabello puede exhibir uno o más de los signos de envejecimiento mencionados previamente.
Por lo expuesto, es fácil reconocer que el cabello y la piel son fieles testigos de la oxidación del cuerpo, bien sea por factores internos o externos. Por tanto, cualquier cuidado que procure o propenda por mejorar o prevenir la oxidación del cuerpo, también impactará la estructura del cabello y la piel.
Nuestros productos

Referencias
- Jové, Mariona, et al. “Estrés oxidativo, envejecimiento y longevidad.” Tratado de medicina geriátrica, 2 ed., ElSevier, 2020, pp. 252-264.
- Silwal, Prashanta, et al. “Mitochondrial Reactive Oxygen Species: Double-Edged Weapon in Host Defense and Pathological Inflammation During Infection.” Frontiers in immunology, vol. 11, no. 1649, 2020.
- Vakifahmetoglu, Norberg, et al. “The role of mitochondria in metabolism and cell death.” Biochem Biophys Res Commun., vol. 482, no. 3, 2017, pp. 426-431.
- Ronzio, Robert. “Naturally Occurring Antioxidants.” Textbook of Natural Medicine, 5 ed., ElSevier, 2021, pp. 731-751.
- Carvajal, Carlos. “Especies reactivas del oxígeno: formación, función y estrés oxidativo.” Med. leg. Costa Rica, vol. 36, no. 1, 2019, pp. 91-100.
- Trüeb RM. The impact of oxidative stress on hair. International Journal of Cosmetic Science; 2015;37:25–30.
- Gu Y, Han J, Jiang C, Zhang Y. Biomarkers, oxidative stress and autophagy in skin aging. Ageing Res Rev. 2020 May;59:101036 doi: 10.1016/j.arr.2020.101036.
- Rinnerthaler M, Bischof J, Streubel MK, Trost A, Richter K. Oxidative stress in aging human skin. Biomolecules. 2015 Apr 21;5(2):545-89. doi: 10.3390/biom5020545.