Las defensas del cuerpo o sistema inmunológico, son un conjunto de componentes del cuerpo que lo protegen y defienden de agresiones provenientes por materiales externos o gérmenes.
Dichos ataques pueden provenir de bacterias (como las que causan diarrea o la tuberculosis), de virus (por ejemplo la gripe o el COVID-19), hongos (que causan micosis en la piel), parásitos (como la ameba y la solitaria) o heridas (cortaduras, pinchazo, etc.).
Los componentes o partes del sistema inmune son células o glóbulos blancos, algunos órganos, la médula, la piel y las mucosas, que se describen a continuación.
La piel es la primera barrera de defensa del cuerpo, evitando que sustancias o elementos diferentes del cuerpo humano ingresen y puedan causar daño. Cuando la piel sufre una alteración, como una herida, el cuerpo puede quedar expuesto a que cualquier microorganismo infecte parte o todo el cuerpo. En el mismo sentido, las mucosas (parte del cuerpo que produce humedad, moco o cera) también evitan que ingresen elementos extraños al cuerpo, por lo que están ubicadas en partes estratégicas, como los oídos, los ojos, la boca y la nariz.
Otros componentes de las defensas del cuerpo son partes internas del cuerpo u órganos, como el timo y el bazo (órganos ubicados en el tórax y abdomen), las amígdalas (se encuentran en el cuello), la médula (que es la parte central o interna de los huesos) y los ganglios (ubicados en diversas partes abajo de la piel, como detrás de las orejas, en la ingle, el cuello, las axilas, entre otros); en conjunto, todas estas partes anatómicas se encargan de fabricar, almacenar y transportar las células o glóbulos blancos.
Una célula es el componente más pequeño que constituye cualquier ser vivo, por lo que los glóbulos blancos son un tipo de célula en la sangre, cuya función es ayudar en la lucha contra infecciones por gérmenes. Existen varios tipos de glóbulos blancos, que son los que se identifican en un examen de sangre llamado hemograma. El conteo de glóbulos blancos en pruebas de sangre permite determinar si el cuerpo se encuentra enfrentando alguna infección o si la persona está baja de defensas.
Ya que se han descrito la función de las defensas del cuerpo y sus partes, la inmunidad se refiere a todos los ataques, mecanismos y acciones que el cuerpo realiza para enfrentar una sustancia o agente que considere extraño. Dentro de este mecanismo de ataque está la producción de anticuerpos (sustancias químicas que combaten al agente extraño) y las células que atacan y destruyen. Una vez superada la agresión, el cuerpo recordará al ata- cante, para poder combatirlo en el futuro, lo que será la inmunidad.
Por lo anterior, los seres humanos tenemos tres tipos de inmunidad. La protección con la que nacemos, llamada inmunidad innata. La protección que obtenemos cuando enfrentamos y superamos enfermedades o que adquirimos cuando nos vacunamos, lo que se llama inmunidad activa o adaptativa. Por último está la inmunidad pasiva, que se refiere a la inmunidad que recibimos de manera externa, como la leche materna en el caso de los bebés o en algunos tipos de transfusiones sanguíneas.

En síntesis, las defensas del cuerpo o sistema inmune son el conjunto de diversos componentes que protegen y defienden al cuerpo de agresiones provenientes por materiales externos o gérmenes. Además, las acciones o ataques que realizan las defensas del cuerpo se conocen como inmunidad, la cual se clasifica en innata, activa y pasiva, dependiendo del origen o causas de la inmunidad.
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